Dibujo: Diego Álvarez Lao |
En esta época temprana, correspondiente al denominado Estadio Isotópico 6, la presencia de estas faunas es aún muy escasa y se circunscribe exclusivamente al norte peninsular. Posteriormente, tras un largo periodo sin datos de estas especies (periodo que coincide con un interglaciar, por lo que estas faunas se habrían refugiado en latitudes nórdicas), su presencia vuelve a hacerse notable a partir de unos 44.000 años antes del presente. Esta época corresponde al denominado Estadio Isotópico 3, caracterizado por una alternancia de momentos extremadamente fríos y breves episodios templados. Las faunas glaciares llegan a ser relativamente abundantes, especialmente en el norte peninsular, llegando incluso a alcanzar el margen sur durante los momentos de extremo frío (se han encontrado mamuts de esta edad en la provincia de Granada). A continuación, entre 31.000 y 26.000 años antes del presente, acontece un lapso temporal en el que la fauna del mamut no se detecta en el paisaje ibérico. Es difícil interpretar esta falta de información, quizá debida a la ausencia de momentos especialmente fríos o quizá explicable por un insuficiente registro fósil. Posteriormete, durante el episodio denominado LGM o “Last Glacial Maximum” (último máximo glaciar), que corresponde al Estadio Isotópico 2, la fauna del mamut vuelve a ser relativamente abundante en la escena Ibérica, especialmente entre 25.000 y 18.000 años antes del presente, aunque restringida exclusivamente al norte peninsular (cornisa Cantábrica y Gerona). El último rinoceronte lanudo detectado en nuestra península se ha datado en 20.000 años y el último mamut en 17.500 años. El reno perduró algo más, hasta los 10.300 años en un yacimiento del País Vasco. Posteriormente, el clima se atemperó a nivel global lo cual, sin duda, contribuyó a la extinción definitiva del mamut lanudo y del rinoceronte lanudo (aunque no fue la única causa). El reno, el glotón, el buey almizclero y otros corrieron mejor suerte, no llegando a extinguirse aunque reduciendo su distribución a las regiones árticas.
Link al artículo original: http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1040618209000767
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