Aunque normalmente en este blog se tratan temas
relativos a la fauna propia de los momentos glaciares, en esta entrada voy a
hacer una excepción para hablar de los episodios interglaciares.
Se conocen como interglaciares las épocas templadas
que acontecieron entre dos glaciaciones. El momento templado actual u Holoceno
constituye, para muchos autores, un interglaciar, aunque otros prefieren
denominarlo “postglacial”, ya que no hay evidencia clara de que vuelva a
producirse otra glaciación. Durante el último interglaciar (acontecido entre
130.000 y 90.000 años antes de la actualidad, aproximadamente) las temperaturas
llegaron a ser superiores a las actuales, encontrándose especies como el
hipopótamo, el macaco y otras indicativas de climas cálidos, en gran parte de
Europa.
La cueva de Camino, perteneciente al conjunto de
yacimientos de Pinilla del Valle (Madrid), ha proporcionado un registro fósil
con una cronología de 90.000 años, correspondiente al final del último
interglaciar. El origen del yacimiento está relacionado con un cubil de hienas,
es decir, que fueron estos carnívoros los que acumularon los huesos dentro de
la cueva. El conjunto faunístico está compuesto principalmente por ungulados
entre los que la especie dominante es el gamo (Dama dama), un cérvido
indicativo de clima templado y ambiente forestal. El resto de las especies de
ungulados presentes incluyen al ciervo, corzo, jabalí, uro, rebeco, caballo y
rinoceronte de estepa. Esta asociación faunística posee gran interés ya que es
la única de esta época que se conoce en el centro peninsular, mientras que
otros yacimientos ibéricos de la misma cronología se sitúan en el margen
mediterráneo.
Dibujo: Diego J. Álvarez Lao |
La gran población de gamos constituye el punto de
mayor interés de este yacimiento. Se han podido recuperar más de 600 fósiles de
esta especie que corresponden a un mínimo de 27 individuos. Esta abundancia de
material, unida a la buena conservación de los restos, ha permitido realizar
interesantes estudios anatómicos comparativos y clasificar estos gamos a nivel
de subespecie como Dama dama geiselana. Esta subespecie, en relación con
el gamo actual (del que es su antepasada directa), posee un tamaño ligeramente
superior y unas extremidades más esbeltas y alargadas. Sus astas también son
bastante diferentes, aunque estas no se han conservado en buenas condiciones en
el yacimiento de Camino.
La historia del gamo durante el Cuaternario es muy
interesante. Estos cérvidos se extendieron por toda Europa durante los episodios
interglaciares, mientras que en las épocas glaciares se retiraban a sus
“refugios glaciares”, ubicados en el Mediterráneo oriental y en Asia Menor.
Después de cada periodo glaciar, cuando el clima volvía a hacerse benigno, los
gamos volvían a expandirse nuevamente por Europa paralelamente a la dispersión
de los bosques. Así se fue sucediendo esta expansión y contracción de las
poblaciones de gamos a lo largo del Cuaternario. Sin embargo, tras la última
glaciación, los gamos no volvieron a recolonizar Europa sino que se quedaron
relegados a las mismas áreas en las que se hallaban “refugiados” (Turquía y
Asia Menor, principalmente). Este hecho es muy llamativo ya que el clima
actual, en la mayor parte de Europa, es favorable para su presencia. ¿Cuál fue
entonces la causa de que esta especie no volviese a expandirse por Europa
durante el momento templado actual? No está claro, aunque parece muy posible
que esté relacionado con la expansión del hombre moderno por toda Europa hace
unos 40.000 años.
Los gamos volvieron a colonizar Europa mucho tiempo
después, aunque reintroducidos por el propio hombre. Si bien las primeras
reintroducciones datan, al menos, de la época del imperio romano, la mayor
recolonización se produjo durante los últimos tres siglos. Sobre la historia
“reciente” de los gamos, se acaba de publicar un interesante reportaje, cuya
lectura recomiendo, en la revista National Geographic titulado “Viajes de ida y
vuelta” (número de octubre de 2013, páginas 78-87) en el que se hace una
revisión de los “viajes” de los gamos por Europa y Asia a lo largo del
Cuaternario, a partir de los citados hallazgos de Pinilla del Valle.
Link al artículo original: http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0031018213000692
Link a la noticia en National Geographic: http://www.nationalgeographic.com.es/articulo/ng_magazine/reportajes/8636/viajes_ida_vuelta.html
Muy bueno el reportaje de NG, creo que el caso del muflón europeo fue muy parecido.
ResponderEliminarEnhorabuena Diego por tu reportaje en NG. Mi hijo pequeño esta alucinando con tu blog. No se pierde una entrada tuya. Tienes un seguidor incondicional en el.
ResponderEliminarGracias, Iván y Fran por vuestros amables comentarios.
ResponderEliminarEn el caso del muflón hay una diferencia: mientras que el gamo sí que vivió en la península Ibérica en épocas interglaciares anteriores, no se tiene constancia de que haya habido muflones antes de que fuesen introducidos por el hombre.
Saludos!
Además parece que el muflón de Córcega, del que proceden buena parte de las introducciones actuales, derivaría de ovejas llevadas por el hombre a la isla hace unos 5000 años y asilvestradas hasta mostrar un fenotipo similar al muflón ancestral (y al anatolio).
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